Teatro en la cama

Una investigación del sexólogo colombiano Alonso Acuña revela que el 13% de los hombres finge el orgasmo.

ES UNA CREENCIA generalizada y una realidad muchas veces confirmada, que la mujer tiende con frecuencia a fingir el orgasmo. Así lo demuestran diversos estudios que indican que entre el 50 y el 75% de las mujeres lo hacen. Un asunto en el cual los hombres han pasado de agache, a pesar de que ellos a veces también recurren al engaño para salir bien librados de sus faenas en la cama.

«No me parece muy caballeroso ver que ella ya llegó mientras yo sigo ahí sin lograrlo -dice un soltero de 36 años-. Por eso algunas veces prefiero fingir, emitir algunos gemidos y luego ir rápido al baño a quitarme el condón para que ella no note que está vacío». Por lo general le sucede cuando ha tomado unos tragos de más, lo que corrobora el refrán que dice que «se demora más que polvo de borracho».

Un estudio del sexólogo colombiano Alonso Acuña -publicado en la revista brasileña de salud sexual y reproductiva Arquivos H. Ellis-, arroja luces sobre las razones por las cuales los hombres también fingen sus orgasmos.

Tras analizar una muestra de 1.495 hombres colombianos entre 40 y 65 años, el investigador llegó a la conclusión de que el 13% de los entrevistados ha fingido orgasmos y por varios motivos.

El 40% lo hace o ha hecho por lo que se conoce como inhibición eyaculatoria, algo así como «quiero pero no puedo», fenómeno que generalmente se explica por problemas de ansiedad, alcohol o edad avanzada. Y el resto, por un «puedo pero no quiero», que obedece a varios motivos, entre ellos evitar un embarazo, presumir o reservarse para otra ocasión u otra mujer.Que las mujeres pueden fingir con facilidad el orgasmo no se debe a sus superiores habilidades histriónicas, sino a que en ellas el clímax no deja evidencia tan rotunda como la del hombre.

Por eso el éxito de la simulación de un varón depende, en buena medida, de que use condón y evite ser cogido en flagrancia, de que haya convencido a su pareja de que es un maestro del sexo tántrico que puede controlar la eyaculación, o de que tenga eyaculaciones retrógradas -hacia adentro- como les sucede a hombres a quienes les han extirpado la próstata.

Las razonesFingir como consecuencia de una inhibición eyaculatoria, condición que afecta a cuatro de cada 10 simuladores de orgasmos, puede ser síntoma de algo más complicado y afectar la calidad de vida del hombre que lo sufre, de la misma forma en que ve alterada su vida el que se enfrenta al problema opuesto: la eyaculación precoz.La inhibición se caracteriza por la imposibilidad de alcanzar el orgasmo a pesar de la excitación y la firmeza de la erección.

«Es uno de los temas más complicados de la sexología moderna -señala Alonso Acuña-. No lo hemos acabado de resolver, porque tiene múltiples causas como la edad, las alteraciones del sistema nervioso, el alcoholismo o el rechazo a la pareja».

Una situación que incluso puede llevar a que el hombre termine buscando el orgasmo pero mediante la masturbación.ALGUNOS HOMBRES FINGEN EL ORGASMO POR CONVENIENCIA, PARA AHORRAR BRÍOS CON UNA MUJER Y GASTARLOS CON OTRA.Sin embargo no siempre el problema es grave, pues hay muchos casos en que la inhibición eyaculatoria se debe a circunstancias momentáneas como el consumo de alcohol, fatiga, tensión o haber tenido múltiples relaciones sexuales en poco tiempo.De hecho, Acuña descubrió en su investigación que un buen número de hombres finge el orgasmo por simple conveniencia, como un método de planificación familiar más efectivo que el tradicional coitus interruptus, y que otros obedecen a una especie de «síndrome del ahorro», una curiosa manera de ahorrar bríos con una mujer para gastarlos con otra.

En efecto, algunos encuestados confesaron fingir con la esposa para lucirse con la amante, y otros dijeron fingir con la amante para evitar levantar sospechas en la esposa.

Pero otros lo hacen por generosidad con la pareja, y por eso en ocasiones se la juegan por el amor sincronizado y simulan el orgasmo cuando ella se les adelanta. Unos más hacen el simulacro para salir del tema ante la anorgasmia de su pareja, y otros hacen teatro por previsivos, por miedo a que la erección no dure suficiente o porque tienen en mente una segunda relación.Lo curioso de todo esto es que el estudio revela que a las mujeres les importa poco que sus parejas finjan el orgasmo. Así lo confirma el 80% de los encuestados que fueron descubiertos y que aseguraron no haber recibido reproche alguno.

¿Por qué? Tal vez porque ellas saben de qué se trata y por eso no les resulta difícil ponerse en los zapatos del otro. 62%DE LAS MUJERES colombianas finge el orgasmo, según un estudio de Alonso Acuña realizado en 1988.

El 80% de ellas lo hace ocasionalmente y el 20% frecuentemente. 

TABLA DE FINGIDORES

De los 1.495 encuestados, el 13% ha fingido un orgasmo:Algunas

veces      70%Con frecuencia    10.8%Una vez                 19.1%

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